En Nutrición Funcional, cada persona se entiende como un organismo único con necesidades nutricionales individuales que van mucho más allá de las recomendaciones genéricas. Aquí es donde los análisis clínicos desempeñan un papel fundamental: funcionan como un auténtico mapa interno del organismo, ayudando a identificar desequilibrios que a menudo aún no han mostrado signos visibles o no han evolucionado hacia una enfermedad diagnosticable. De esta manera, se convierten en una poderosa herramienta para la prevención de enfermedades y la promoción de la salud.
Cómo el cuerpo transforma (o desperdicia) los nutrientes que consumes.
Es común pensar que una dieta saludable por sí sola es suficiente para garantizar un estado nutricional equilibrado, pero la realidad es más compleja. Entre lo que comemos y lo que realmente llega a nuestras células, intervienen varios factores: la calidad de los alimentos, el método de preparación, la presencia de aditivos, el funcionamiento del sistema digestivo, el equilibrio de la microbiota intestinal, la edad, la genética, el estrés diario, la medicación que tomamos y cualquier enfermedad, entre muchos otros aspectos que afectan la forma en que el cuerpo absorbe y utiliza los nutrientes.
Diagnóstico, seguimiento y prevención: el papel estratégico de los análisis clínicos.
En Nutrición Funcional , los análisis clínicos se utilizan con diversos fines estratégicos que van más allá de la simple confirmación de una enfermedad. Permiten:
● Confirmar una sospecha clínica (por ejemplo, una deficiencia de vitamina B12 en casos de fatiga persistente);
● Para monitorear la efectividad de una intervención nutricional o de suplementación;
● Evaluar el impacto de los factores ambientales y de estilo de vida en la bioquímica individual;
● Identificar disfunciones incluso antes de que aparezcan los síntomas clínicos o enfermedades diagnosticables;
● Apoyar decisiones personalizadas en la prevención de problemas de salud.
Valores de referencia vs. valores óptimos
Es fundamental comprender que los valores de referencia de laboratorio no son sinónimo de una salud ideal. De hecho, son simplemente promedios poblacionales, obtenidos de una selección de individuos que cumplen ciertos criterios; sin embargo, esto no significa que todos gocen de una salud perfecta. Estar dentro del rango de referencia no elimina la posibilidad de disfunción o incluso enfermedad, especialmente en el caso de afecciones crónicas que no siempre están claramente definidas.
La Nutrición Funcional trabaja con el concepto de valores óptimos : rangos que, según estudios epidemiológicos, se asocian con un menor riesgo de enfermedad, mayor longevidad y una mejor calidad de vida. Estos valores nos ayudan a identificar desequilibrios sutiles e intervenir tempranamente, centrándonos en la prevención.
Por ejemplo, una mujer puede tener la ferritina (un indicador de las reservas de hierro) dentro de los valores de referencia y aun así presentar deficiencia de hierro, lo que puede afectar negativamente su ciclo menstrual, sus niveles de energía o incluso su capacidad cognitiva. Por lo tanto, es crucial adoptar una perspectiva más integral y utilizar los valores óptimos como guía, en lugar de basarse exclusivamente en los rangos de referencia convencionales.
Otros ejemplos ilustran bien este enfoque:
● Los niveles de hemoglobina entre 12 y 16 g/dL se consideran “normales” en las mujeres, pero valores inferiores a 12,8 g/dL aumentan la probabilidad de deficiencia de hierro 1 ;
● Una TSH —un marcador de la función tiroidea— puede considerarse “normal” hasta 5,5 mUI/L, pero valores superiores a 2,6 mUI/L ya se asocian a un mayor riesgo de enfermedades tiroideas autoinmunes 2 .
¿Cómo interpretar los análisis de forma funcional?
Un resultado de laboratorio nunca debe interpretarse de forma aislada. Es fundamental integrarlo con el contexto clínico de la persona, incluyendo su historial médico, síntomas actuales, medicación, estilo de vida, fase del ciclo menstrual e incluso actividad física reciente. Algunos ejemplos que ayudan a comprenderlo:
● Un nivel elevado de AST (un tipo de transaminasa hepática) puede deberse a un entrenamiento físico intenso el día anterior y puede no indicar ningún daño hepático 3 ;
● Los niveles bajos de ferritina poco después de la menstruación pueden no reflejar una verdadera deficiencia de hierro 4 ;
● Un nivel elevado de Gamma-GT en alguien expuesto a toxinas en el lugar de trabajo puede ser una señal temprana de sobrecarga del hígado 5 .
Además, la evolución de los marcadores a lo largo del tiempo suele ser más informativa que un único resultado puntual.
Los análisis clínicos como clave para una nutrición verdaderamente personalizada.
Cada organismo es único y puede reaccionar de forma muy distinta a los mismos estímulos. Un plan dietético que funciona bien para una persona puede no ser adecuado, o incluso contraproducente, para otra. Los análisis clínicos son una herramienta clave en el proceso de personalización de la Nutrición Funcional, permitiendo la adaptación de estrategias como:
• Ajustar el tipo, dosis y forma de suplementación para que se adapte mejor a cada caso individual;
• Monitorear la efectividad de las intervenciones dirigidas a equilibrar el eje hormonal o reducir los procesos inflamatorios;
• Identificar cambios subclínicos: desequilibrios que aún no causan síntomas, pero que ya merecen atención;
• Intervenir tempranamente para prevenir la progresión de la enfermedad.
Antes de las pruebas: precauciones sencillas que marcan la diferencia.
Para que los resultados de laboratorio sean confiables y representen con precisión su estado de salud, es importante seguir algunas pautas básicas antes de la recolección de la muestra:
● Ayuno de 12 horas, idealmente recogiendo la muestra antes de las 10 am;
● Confirmar si alguna de las pruebas prescritas debe realizarse después de la comida;
● Evite realizar actividad física intensa al menos un día antes de la recolección;
● Mantener un horario de sueño regular, siguiendo su patrón de descanso habitual;
● En el caso de las mujeres, es importante ajustar la fecha de recolección a la fase del ciclo menstrual, especialmente para las pruebas hormonales.
El camino hacia el equilibrio comienza con el conocimiento y su análisis.
En Nutrición Funcional, los análisis clínicos no son solo un examen rutinario: son una verdadera ventana al funcionamiento interno único de cada organismo. Representan el punto de partida para tomar decisiones más informadas, intervenciones más asertivas y, sobre todo, un enfoque verdaderamente personalizado.
En Bioself Natura, valoramos un enfoque integral, basado en evidencia científica y centrado en la individualidad de cada persona. Animamos a nuestros clientes a comprender sus resultados, participar activamente en sus decisiones y reconocer que la salud va mucho más allá de la ausencia de enfermedad: es el equilibrio dinámico de todos los sistemas del cuerpo.
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El camino hacia el bienestar comienza con el conocimiento y los análisis clínicos son uno de sus mejores aliados.
Referências
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Este artículo no pretende diagnosticar, tratar ni sustituir el consejo médico; su contenido es solo informativo. Consulte con un médico o profesional de la salud sobre cualquier diagnóstico médico relacionado con su salud o cualquier opción de tratamiento. Las afirmaciones sobre productos específicos que se hacen en este artículo no están aprobadas para diagnosticar, tratar, curar ni prevenir ninguna enfermedad.